Si observamos nuestra empresa como un sistema con distintos subsistemas interactuando, podemos entender lo importante que es un buen modelo de incentivos. Para crecer con equilibrio, debemos mantener ese motor andando, individual y colectivamente.
El ser humano es un modelo de incentivos en si mismo, nos movemos con un propósito, mientras más entendemos el sentido, mayor es el compromiso y motivación con la meta.
Innovación en el capital humano con procesos de aprendizaje y entrenamiento, promover la autogestión, la coordinación y colaboración como un recurso facilitador, la participación creativa en la búsqueda de soluciones y propuestas de avance, la valorización del proceso y los resultados, entre otros, permiten ampliar la visión de la persona que trabaja generando un impacto en su productividad y compromiso con los objetivos.
De acuerdo con tus necesidades, tenemos propuestas integrales y concretas que pueden apoyarte en el encuentro con tu propia fórmula para que el incentivo sea un recurso permanente en tu empresa.
Así como creemos que “lo que no se mide no existe”, estamos convencidos que lo que no tiene un incentivo adecuado, no llega a puerto.